Ese par de miel cálidos de tanto amar
Se posan suave sobre mi hombro
Derramando gotas dulces por su pasar
De cerca y a lo lejos reflejados en la breve cintura
Encuentran el amarillo cálido oscureciéndose en el pliegue
que separa enredaderas de cielos
Y en la delicada bruma del casi sueño concebido
Una mirada fugaz se esconde entre su andar
Y de esos dos yo me cuelgo
De lo bastante atrapada que me tienen
Cada vez que me recuesto en sus ojos
De miel se llena el encuentro.