lunes, 19 de julio de 2010

Quédate



Desde el balcón se me escapa la tarde
divisando a lo lejos barcos de nubes
navegando hacia el sol
Poco a poco se ven bajando escaleras
coloreando naranjos gajos frescos
Un aroma venidero se recuesta a mi lado
me trae unas camelias
llevándose la brevedad del instante

El papel, la tinta y uno que otro color
se me van verso a verso
y yo sigo buscando
como plasmar de tu beso al corredor
en calcetines bailar bajo la sombra
de un desasosiego sostenido
con los pies al vuelo.

Y tú, entre toda la marea
saltas temporales sin miedo
te regocijas en el alba y pese a tantas flores
llegas por la ventana
con una sonrisa para mi
recién creada desde ti hacia mi
y nada más existe
que ese instante
dónde a lo lejos te distingo
y mis calcetines se ponen tiritones
y mi sonrisa de descontrola
y siento ochocientos mil latidos por segundo
y cuando ya estas a 2 milimetros de mí
me siento volar
contigo.








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