jueves, 3 de septiembre de 2009

La Amanda de hoy en día.

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Viuda de Manuel
con depresión
ya no corrías a ninguna fábrica
dejabas a tus tres niños,
ibas a encontrarte con él, el trabajo.

Tu vida no es eterna en cinco minutos,
sueñas que así sea
mientras que en el tren suena la sirena
debes atravesar un mar de gente,
ya no corres, caminas.

Tu sonrisa ancha pero esta vez
sin lluvia en el pelo,
no estábamos en los tiempos
en que no importaba nada
cuando nadabas tres mares
por los cinco minutos
que te hacían florecer.

Ahora tus cinco minutos
te hacen despertar,
se reducen a ir por un café
en una oficina sin flores
con el frió rompiéndote los labios
y entre sorbo y sorbo la satisfacción vacía.

···

Que horror.

Prefiero a las antiguas Amandas.

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