martes, 30 de marzo de 2010

Los poderosos

Búscando respuestas después de un leve instante me encontré con un gusano pequeño, muy pequeño, que andaba corrompiendo a los caracoles para que se unieran en su marcha contra los dientes de león, esos locos con el medio afro blanco que suelen salir como maleza en el jardín silvestre en la vida.
Cuando llegó la hora de la Revolución muchos se quedaron atrás como siempre sucede que primero sacan los cachitos al sol y esas cosas y a la hora de los "quiubos" na que na' así que el gusano atacó no más como con tres caracoles más a su favor y matar o morir como dicen por ahí gritó.
Entre mordidas y esporas fueron cayendo uno a uno los dientes todos baboseados y exhaustos en su defender mientras el gusano a medio morir saltando seguía comiendo tallos para llegar a derrumbar estos dictadores que se tomaron su jardín pero bueno la cosa que entre baba, mordidas y esporas una sombra se poso sobre la escena, el cielo enmudeció y de negro se cubrió
La goma se posó sobre la escena y de un suácate se aplastó.
Hay que atacar los zapatos dicen, esos que están ocultos y que nadie ve pero que de arriba manejan todas las cosas, de diferentes colores y hasta camufaldos pero nadie sabe, no se habla es algo tabusiento que corre en pasillos, acueductos y bichos de jardín.

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