lunes, 14 de junio de 2010

Tanto, tanto

Hay tantas personas, cosas, enfermedades, melodías y calcetines
pero de todo lo que existe en la existencia misma de los días
se hacen esenciales pocas, así como el agua y algunas migajas.
Pero hay solo una que se encuentra un día de marzo a cierta hora tipo "pm" dónde llega inoportunamente y de casualidad clavando una mirada que ya nunca más se despegará de mi retina.
Me sometí a escalofríos continuos después de un desastre de remoción de llaves y unos cuantos sentimientos que poco a poco se pusieron rebeldes emancipándose de la razón, esa loca que me funcionaba bacán hasta hace ya más de un mes. No entiendo como pero se el porque de tantas cosas que revolucionarían algún día mis días y ese día fue y el motivo principal eras tu, entre tantos nombres y miradas, eras tú quién de un lado a otro mi mundo volteó y me dijo ¡Hola, existo!.
Deberían llover en días como ese o como un miércoles en la tarde a la hora del té.

Dónde tu estas, tengo el norte.
Hoy en día y toda la vida
me gustaría seguirte por un viaje
de fronteras infinitas
y delirios espontáneos.


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