se arroje al viento y nos ciegue la vista
Cuando las montañas se cansen de pie
y se desplomen en los valles del norte chico
Cuando se apague el día con un interruptor
debajo de la mesita de luz de algún ciudadano común
Cuando la Señora Mema deje de pasear a su perro fito
todos los domingos a las seis de la tarde con el palo encerado,
la correa roja y los lentes oscuros
Cuando se caigan las estrellas, la gente las robe y se acabe
la belleza de las noches despejadas entre el vino y la risa
Cuando ya no quede más que un papel o una boleta del auto servicio
Cuando los pinos se confabulen y se marchen a otro lugar
bajo del mar al ladito de los cangrejos
Cuando pase todo esto y más
estaremos juntos, uno al lado del otro
tirados sobre el pasto
mirando una nube
esperando que nos lleve más allá
y de la mano seguiremos
dando vueltas y más vueltas
del tiempo que se cree cilindro
y de tantas vueltas más.
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