martes, 16 de febrero de 2010

Me veo

Sentado te miras otra vez las manos, las mismas que has tenido siempre esas que nunca te diste el tiempo de mirar
vez como cada uña encarna tu piel entre los dedos gastados por cuerdas
tu piel se arruga, se estira, manos contra el cielo se contornean de negro ahí es dónde empiezas a pensar en tus huesos como el mecanismo perfecto para el movimiento sincrónico entre tus nudillos, tres falanges clac clac clac imaginas cada sonido, los cartílagos, descubres que tan frágiles membranas son las responsables que cada vez que te asombras puedas señalar con el dedo y decir "mira" al mismo tiempo que articulas tu boca dejando volar el ultimo aliento.
Vez colores, formas... vas armando tu propia silueta recostada encarando al techo, estas pensando
La mirada desviada en lo posible, lo probable, cada pedacito que contenga un "quizás" te seduce de una manera inestable e irresistible, empiezas a cuestionar buscando respuestas a preguntas sin formulación alguna, la realidad se disuelve como anillo ahumado... se agranda, no para.
¿Dónde estas? sigues hipnotizada mientras tu mano se recuesta en tu pecho, movimiento inconsciente pero con gracia. No sabe, no responde... los labios se entreabren dejando entrar el aroma del pastizal recién cortado.
Te veo, el sol rebota en tu regazo, aprisiona tus labios rescatándolos de una sombra traviesa que juega en el árbol.
Abres los brazos al viento, lo que desconoces te intriga, lo atraes hacia ti con un magnetismo azucarado como azucar al café.

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